Obtén consejos de primera mano sobre Budapest
¿Sabías que en Budapest hay bares dentro de edificios en ruinas? Mira, mira...
Esta guía, elaborada con las recomendaciones de los experimentados Gurus de GuruWalk, te llevará por los rincones más fascinantes de la capital húngara, desde sus icónicos monumentos hasta sus joyas ocultas.
Comenzamos nuestro recorrido por Budapest en uno de sus lugares más emblemáticos: el Castillo de Buda. Este imponente complejo, situado en lo alto de la colina del mismo nombre, domina el skyline de la ciudad y ofrece unas vistas panorámicas que te dejarán sin aliento.
El Castillo de Buda no es solo un edificio, sino toda una ciudadela que alberga varios puntos de interés:
Para acceder al complejo del Castillo, puedes tomar el Funicular de Budapest, una experiencia en sí misma que te ahorrará el ascenso a pie.
La historia del Castillo de Buda es tan rica como fascinante. Construido originalmente en el siglo XIII, ha sido destruido y reconstruido varias veces a lo largo de los siglos. Durante la ocupación turca en el siglo XVI, fue convertido en mezquita. Más tarde, bajo el dominio de los Habsburgo, se transformó en un palacio barroco. Sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial y su restauración no se completó hasta la década de 1980. Hoy en día, el Castillo es un testimonio vivo de la resilencia de Hungría y un símbolo de su rica historia.
Cruzando el Danubio desde el Castillo de Buda, nos encontramos con otro de los símbolos indiscutibles de la ciudad: el Parlamento de Budapest. Este colosal edificio neogótico es uno de los más grandes de Europa y, sin duda, uno de los más impresionantes.
Con sus 268 metros de longitud y 96 metros de altura, el Parlamento domina la orilla de Pest del Danubio. Su fachada, adornada con 88 estatuas de gobernantes húngaros, es un espectáculo en sí misma. Pero el interior no se queda atrás:
Hablando del Danubio, no podemos dejar de mencionar el Puente de las Cadenas, el primer puente permanente que unió las ciudades de Buda y Pest. Inaugurado en 1849, este puente colgante no solo es una maravilla de la ingeniería de su época, sino también un símbolo de la unificación de la ciudad.
Caminar por el Puente de las Cadenas es una experiencia obligada en Budapest. Desde aquí podrás disfrutar de vistas panorámicas tanto del lado de Buda como del de Pest, con el Parlamento y el Castillo de Buda como telón de fondo.
Adentrándonos en el corazón de Pest, nos encontramos con la Basílica de San Esteban, la iglesia más importante de Hungría y uno de los edificios más altos de la ciudad. Esta imponente basílica neoclásica, dedicada al primer rey de Hungría, es un must-see en cualquier visita a Budapest.
Su construcción comenzó en 1851, pero debido a diversos contratiempos,
incluyendo el colapso de la cúpula durante una tormenta, no se completó
hasta 1905. Un dato sorprendente es que la basílica alberga la reliquia
más preciada de Hungría: la "Santa Diestra", supuestamente la mano
derecha momificada del Rey San Esteban.
Cada 20 de agosto, durante la festividad nacional de San Esteban, esta
reliquia es llevada en procesión por las calles de Budapest. Además,
para los amantes de la música, la basílica ofrece conciertos de órgano
regularmente, aprovechando la excelente acústica del edificio y su
magnífico órgano de 6,500 tubos.
No podemos hablar de Budapest sin mencionar sus famosas termas. La ciudad no es conocida como la "Ciudad de los Baños" por casualidad. Con más de 100 fuentes termales naturales, Budapest ofrece una experiencia de baño única que combina relajación, historia y arquitectura.
La cultura termal en Budapest se remonta a la época romana, pero fueron los turcos otomanos quienes realmente la desarrollaron en el siglo XVI. Las Termas Széchenyi, inauguradas en 1913, son las más grandes de Europa y un verdadero símbolo de la ciudad. Un dato curioso es que en estas termas se pueden ver a locales jugando ajedrez en el agua, una tradición única de Budapest. El agua de Széchenyi, rica en calcio, magnesio y bicarbonato, se cree que tiene propiedades curativas para problemas articulares y musculares. Para una experiencia auténtica, visita las termas temprano por la mañana y observa cómo los habitantes mayores de la ciudad realizan sus ejercicios acuáticos diarios.
La Gran Sinagoga de Budapest, también conocida como la Sinagoga de la calle Dohány, es la sinagoga más grande de Europa y la segunda más grande del mundo. Este impresionante edificio de estilo morisco es mucho más que un lugar de culto; es un símbolo de la resistencia y la perseverancia de la comunidad judía de Budapest.
Un dato fascinante es que la Gran Sinagoga fue diseñada por un arquitecto cristiano, Ludwig Förster, y su interior recuerda al de una iglesia católica. Durante la Segunda Guerra Mundial, sirvió como base para la radio alemana y como establo. Hoy, alberga el Museo Judío de Budapest y un conmovedor monumento: el Árbol de la Vida, una escultura de sauce metálico con los nombres de las víctimas del Holocausto en sus hojas.
Para sumergirte en la cultura gastronómica húngara, no hay mejor lugar que el Mercado Central de Budapest. Este mercado cubierto, el más grande y antiguo de la ciudad, es un paraíso para los amantes de la comida y un lugar perfecto para comprar recuerdos auténticos.
Inaugurado en 1897, el Mercado Central es una joya arquitectónica diseñada por Samu Pecz. Su techo está cubierto por coloridas tejas Zsolnay, las mismas que adornan el techo de la Basílica de Matías. Un consejo para los visitantes: prueben el langós, un pan frito tradicional húngaro, en el piso superior. Los sábados, el mercado ofrece degustaciones gratuitas de productos locales.
La Avenida Andrássy es a Budapest lo que los Campos Elíseos son a París. Esta elegante avenida, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, conecta la Plaza de los Héroes con el centro de la ciudad y está flanqueada por algunos de los edificios más impresionantes de Budapest.
Construida entre 1872 y 1885, la Avenida Andrássy fue parte del plan para convertir Budapest en una metrópolis moderna. A lo largo de sus 2,5 km, encontrarás la Ópera Estatal Húngara, la Casa del Terror (un museo que recuerda los regímenes fascista y comunista), y numerosas embajadas. Bajo la avenida corre la Línea 1 del metro, la primera del continente europeo, añadiendo una capa más de historia a esta icónica calle.
Al final de la Avenida Andrássy nos encontramos con la Plaza de los Héroes, uno de los espacios públicos más emblemáticos de Budapest. Esta majestuosa plaza es un homenaje a los líderes y figuras más importantes de la historia de Hungría.
El Monumento del Milenio, punto focal de la plaza, fue construido en 1896 para conmemorar el 1000º aniversario de la llegada de los magiares a la cuenca de los Cárpatos. Las estatuas representan a los siete jefes tribales que lideraron a los húngaros hasta estas tierras, así como a otros líderes históricos. Curiosamente, algunas estatuas fueron reemplazadas después de la Segunda Guerra Mundial para eliminar las figuras de la dinastía de los Habsburgo.
Justo detrás de la Plaza de los Héroes se extiende el Parque de la Ciudad (Városliget), el pulmón verde de Budapest. Este extenso parque ofrece un respiro del bullicio de la ciudad y alberga varias atracciones interesantes:
El Parque de la Ciudad tiene una historia fascinante. Fue el sitio de la Exposición del Milenio de 1896, que celebró los 1000 años de Hungría. El Castillo de Vajdahunyad, originalmente construido como una estructura temporal para la exposición, se hizo tan popular que fue reconstruido en materiales permanentes. En invierno, el lago del parque se convierte en la pista de patinaje al aire libre más grande de Europa, una tradición que data de 1870.
En medio del Danubio, entre Buda y Pest, se encuentra la Isla Margarita, un parque urbano de 2,5 km de largo que ofrece un refugio tranquilo del ajetreo de la ciudad. Es el lugar perfecto para un picnic, un paseo relajante o para hacer deporte.
La isla debe su nombre a la Princesa Margarita, hija del rey Béla IV, quien vivió aquí en un convento dominico en el siglo XIII. Entre sus atracciones más curiosas se encuentra una fuente musical que "baila" al ritmo de la música clásica. La isla también alberga las ruinas de un monasterio franciscano del siglo XIII y una mini zona de vida silvestre. Los domingos por la mañana, muchos locales acuden a la isla para participar en clases gratuitas de yoga al aire libre.
No podemos hablar de qué ver en Budapest sin mencionar la Colina Gellért. Esta elevación de 235 metros ofrece algunas de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. En su cima encontrarás:
La colina lleva el nombre de San Gerardo, un misionero que, según la leyenda, fue arrojado desde aquí en un barril con clavos por paganos en el año 1046. La Ciudadela en la cima fue construida por los Habsburgo tras la revolución de 1848, supuestamente para mantener a la ciudad bajo control. Hoy, además de las impresionantes vistas, los visitantes pueden explorar búnkeres de la Segunda Guerra Mundial recientemente abiertos al público.
El Barrio Judío de Budapest, también conocido como el Distrito VII o Erzsébetváros, es uno de los más fascinantes de la ciudad. Este barrio, que alguna vez fue el gueto judío durante la Segunda Guerra Mundial, hoy es un vibrante centro de cultura, gastronomía y vida nocturna.
El Barrio Judío es famoso por sus "bares en ruinas", establecimientos únicos instalados en edificios abandonados que estaban destinados a la demolición. El más famoso, Szimpla Kert, fue pionero de este concepto y ha sido nombrado uno de los mejores bares del mundo. Además de su vida nocturna, el barrio alberga tiendas vintage, cafeterías de moda y algunos de los mejores ejemplos de street art en Budapest. No te pierdas el Muro de los Justos, un mural que honra a quienes ayudaron a salvar vidas judías durante el Holocausto.
El Metro de Budapest no es solo un medio de transporte, sino una atracción en sí misma. La Línea 1, también conocida como el "Pequeño Metro", es la tercera línea de metro más antigua del mundo y la primera de Europa continental.
Inaugurada en 1896 como parte de las celebraciones del Milenio de Hungría, la Línea 1 del Metro de Budapest es una joya de la ingeniería victoriana. Las estaciones originales conservan su encanto del siglo XIX, con azulejos originales y señalización de época. Curiosamente, los vagones de esta línea son más pequeños que los de las líneas modernas debido a su túnel poco profundo. En 2002, la línea fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, siendo el segundo sistema de metro en el mundo en recibir este honor, después del de Londres.
Para ayudarte a sacar el máximo provecho de tu visita a Budapest, aquí tienes algunos consejos adicionales:
Budapest es una ciudad que enamora a primera vista y que guarda secretos que solo se revelan a quienes se toman el tiempo de explorarla a fondo. Desde sus majestuosos edificios históricos hasta sus rincones más bohemios, desde sus relajantes baños termales hasta su vibrante vida nocturna, la capital húngara tiene algo que ofrecer a cada tipo de viajero.
Ya sea que vengas por un fin de semana o por una semana entera, Budapest te dejará con ganas de volver. Así que prepara tu cámara, ponte tus zapatos más cómodos y disponte a enamorarte de una de las ciudades más hermosas y fascinantes de Europa. ¡Que disfrutes tu visita a Budapest!
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Budapest tiene un excelente sistema de transporte público, incluyendo metro, tranvía, autobuses y trolebuses. Considera comprar un pase diario o de varios días para ahorrar dinero.
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Budapest es generalmente una ciudad segura, incluso por la noche. Sin embargo, como en cualquier otra ciudad grande, es recomendable mantenerse en zonas bien iluminadas y ser consciente de tu entorno.